Periódico El Higuamo

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"La segunda vez que Dios salvó mi vida”

Por Víctor Ml. Pérez Quiñones
Tenía yo entre 10 y 11 años de edad, junto a unos amiguitos acostumbrábamos a bañarnos en las otrora claras, limpias y cristalinas aguas, del hoy altamente contaminado río Higuamo.

Eran los tiempos de la cruel dictadura del "benefactor y padre de la Patria Nueva", generalísimo Rafael L. Trujillo Molina.

Como mi abuela, Felícita Quezada Madrigal era nativa de la Punta Pescadora, y ella tenía un famoso hermano yolero de nombre "Tío Peré", que junto a otros yoleros, cobraban por pasar personas de La Barca a La Punta, pues yo no salía de la rivera del río, por el lugar donde guardaba "Don Chuchú", su famoso remolcador de buques y barcas que entraban por el mar Caribe al caudaloso río Higuamo.

Yo y mis amiguitos todos de la misma edad, íbamos a las orillas también a buscar cangrejitos de colores, y muchas veces a esa corta edad, éramos unos expertos nadadores.
Por esta última cualidad yo y mis amiguitos teníamos como rutina cruzar nadando de La Barca a La Punta y viceversa el río Higuamo.

Pues ocurrió que en una de esas aventuras peligrosas, yo me cansé de nadar a mitad del río, y unos yoleros que vieron que estaba a punto de ahogarme, salieron rápidamente y me rescataron.

Pero a unos 10 ó 15 días de esto, yo volví a bañarme al río Higuamo, pero esta vez lo hice, detrás del viejo edificio de Aduanas, donde hoy está el Centro Cultural Fermoselle.
Un vigilante aduanero que atinó a verme, en mis movimientos desesperados, se lanzó al río con todo y ropa (su uniforme de Aduanas) y me rescató.

Ahora que por la misericordia de Dios (Jehová), yo estoy en los caminos del Señor, comprendo perfectamente, como él (Javé), tenía un propósito conmigo, y usó a esas personas para salvarme de no morir ahogado en las aguas del río Higuamo, en esas dos ocasiones.

Esto, porque Dios en su infinita misericordia, con sus hijos, su creación que tanto ama, siempre tiene un propósito con cada persona, desde que los pone en el vientre de su madre, además de que "Todo obra para bien", para con todos los hijos de Dios, buenos y malos.

(Espere la tercera parte de como Dios salvó mi vida)