Periódico El Higuamo

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“El segundo llamado que Dios me hizo”

Por Víctor Manuel Pérez Quiñones
Aunque he tenido otros sueños divinos, creo que este fue el segundo: Soñé, que el pastor Benito Jhon, entonces pastor de la iglesia "Sión", de la calle doctor Georg, esquina Ignacio Arias, de Miramar, llegó a mi casa para invitarme a asistir a su iglesia, yo le dije que sí, que esperara que me cambiara de ropa.

En vez de hacer esto, lo que hice fue salir al patio, engancharme por la pared trasera de la casa, y saltar al otro lado, para no ir a la iglesia, pero estando en la parte trasera, me encontré de nuevo con el varón Jhon, y fue entonces cuando le dije, que me dejara ponerme ropa, otra vez.

En otra parte de mi sueño, me encontraba yo en la casa materna de mi familia, en la Fello A. Kidd No.49, en el barrio El Toconal, allí de nuevo me encontré con el siervo Benito Jhon, quien me reiteró la invitación para ir a su iglesia, al culto y le dije que sí.

Entonces, dejando plantado una vez más al pastor Benito Jhon, salí corriendo por toda la calle Fello A. Kidd, pero en el camino, la calle se iba abriendo con pequeñas zanjas, que yo saltaba (huyendo) de donde salían grandes llamas de fuego.

Fue asi de esta manera (en mi sueño o revelación), que seguí yo corriendo (para no ir a la iglesia), cuando llegué al inicio del tramo de la carretera SPM-La Romana, en el lugar conocido como "El Guaraguao", frente a donde hoy hay un comedor llamado "Canaán".

Cuando yo me ví en ese lugar, me dije por dentro: "Bueno ya me libré de don Benito Jhon", y fue entonces cuando sentí detrás de mí, a alquien que me tocaba el hombro, diciéndome: "Hermano, aquí estoy yo, vámonos para la iglesia, que el culto está por comenzar", y a seguida me ripostó: "Es que tú no te puedes perder, vámonos que te espera la salvación".. y asi fue que entonces yo acompañé al pastor Benito Jhon a la iglesia".

De este sueño o revelación del Señor, hacen hoy cerca de 15 años. Y después de este "Gran Sueño", hay otros tantos, que seguiremos publicando como un real testimonio del amor de Dios y su gran misericordia por mí. Amén