Periódico El Higuamo

Desde 1976- Ofreciendo las principales noticias en San Pedro de Macorís, República Dominicana

Plegaria pidiendo ayuda en la aflicción

¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre?
Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, Con tristezas en mi corazón cada día?

¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?
Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío; Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte;
Para que no diga mi enemigo; lo vencí.
Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara.
Mas yo en tu misericordia he confiado; Mi corazón se alegrará en tu salvación.

Cantaré a Jehová Porque me ha hecho bien.
Llena esta su boca de maldición, y de engaños y fraude;
Debajo de su lengua hay vejación y maldad.
Se sienta en acecho cerca de las aldeas; En escondrijos mata al inocente.

Sus ojos están acechando al desvalido;
Acecha en oculto, como el león desde su cueva; Acecha para arrebatar al pobre; Arrebata al pobre trayéndolo a su red.
Se encoge, se agacha, y caen en sus fuertes garras muchos desdichados.

Dice en su corazón: Dios ha olvidado; Ha encubierto su rostro; nunca lo verá.
Levántate, oh Jehová Dios, alza tu mano;
No te olvides de los pobres.
¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su coragzón ha dicho: Tú no lo inquirirás.

Tú lo has visto; porque miras el trabajo y la vejación, para dar la recompensa con tu mano; A ti se acoge el desvalido; Tú eres el amparo del huérfano.
Quebranta tú el brazo del inicuo, Y persigue la maldad del malo hasta que no halles ninguna.
Jehová es Rey eternamente y para siempre;
De su tierra han perecido las naciones.

El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído, Para juzgar al huérfano y al oprimido, A fin de que no vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra.