“Fui elevado por Jehová a los cielos”

6to. encuentro que tuve con mi Dios
Esta vez les doy a conocer a mis hermanos en la fe, a mi familia, a mi pueblo, a mi país y al mundo como fiel testimonio a mi Dios (Jehová de los ejércitos), el sexto encuentro (sueños o revelación) que tuve con mi Señor y Salvador.

En esta oportunidad, soñé que me encontraba junto a mi esposa y compañera (Que Dios me dio), Santa Díaz de Quiñones, entado junto a una pared, de blocks.
Frente a nosotros (yo y mi esposa), había un grupo de niños jugando que eran muy pequeños.

De repente la pared construida de bloques, comenzó a temblar como si la tierra se estremecía, y fue entonces cuando yo le dije a mi esposa que nos quitáramos del lugar, porque la pared se iba a derrumbar.

Le sugerí a mi compañera que nos transladáramos al frente de donde estábamos, donde había otra pared no de bloques, sino de ladrillos (de los que hacían en el antiguo Egipto, los hebreos de Israel, donde estuvieron como esclavos por 430 años).

Procedimos a cruzar al otro lado de la pared de ladrillos, y al cabo de un tiempo, esa pared de ladrillos, comenzó también a temblar. Por esta razón yo le dije a mi compañera, que nos fuéramos del lugar, porque la misma se iba a derrumbar y caernos encima (ya los niños no estaban en el sueño o revelación).

Al terminar yo de decirle a mi compañera (esposa), que nos quitáramos del lugar, una fuerza imprevista se apoderó de mi cuerpo y comenzó a elevarme hacia el cielo, y me vi volando y vi los cielos abiertos.

Y mientras esa gran fuerza me subía hacia arriba, en mi interior yo sentía alegría inmensa, pero a la vez, también estaba triste, por qué?

Sentía que Dios me había dado la vida eterna y su gloria; que iba a vivir en las moradas celestiales, que Jesús fue a preparar, para participar en "las Bodas del cordero", con herencia de la vida eterna, pero me sentía triste y me preguntaba, por qué mi esposa se había quedado, mientras yo miraba hacia la tierra.

La fuerza que me elevaba era tan contundente, semejante a cuando una persona va en un avión y sentado del lado de la ventana, mira a tierra cuando la nave despega, y usted ve como la tierra se aleja velozmente.

Agradezco a mi Dios, estas revelaciones, el hecho de haber tenido un propósito conmigo desde que me puso en el vientre de mi madre; el haberme inscrito en el libro de la vida.
Agradezco a mi Dios, que me sacó del mundo pecaminoso, del pozo de la desesperación, del lodo senagoso, enderezó mis pasos, y, me colocó sobre una roca fime, para elevar cánticos de alabanzas al Señor (Jehová).

Agradezco a mi Dios (Eloín), por haber tenido compasión y misericordia de mí; de haberme cuidado tanto de la muerte en pecados.

Agradezco a mi Dios (Yavé), porque "él pelea mis batallas"; porque él suple y provee para mí y mi familia, primero en el orden espiritual y el económico.

Agradezco a mi Dios (Yave-Yiré), porque él salvará mis hijos y mi familia, y, que ellos serán parte de "la Promesa", "Porque mi casa y yo, serviremos a Jehová", como dijo Josué, antes de las caída de los muros de Jericó y cuando Dios lo nombró sucesor del profeta Moisés".

También agradezco a mi Dios, que no me deja solo; que me ayuda a soportar las pruebas, y me dice: "No temas yo te ayudo, no temas yo estoy contigo". También me dice: "Aunque tu padre y tu madre te dejaran, con todo Jehová te recogerá"; de igual manera me dice, "Encomienda a Jehová tus caminos y confía en él y él hará"; también me dice: "Levanta tus manos, clama a mí, y yo te responderé, y te mostraré cosas hermosas y ocultas, que tú no conoces", y también me dices, "No temas, yo te ayudo, no temas yo estoy contigo; yo peleo tus batallas" y finalmente me dice mi Jesús: "No sólo hay que perdonar 7 veces, al que es tu enemigo, al que te hace mal y quiere tu destrucción, perdónalo 70 veces 7.

(Hubo otros sueños, pero solo he memorizado 6 de ellos; pido a mi Dios los recuerdos de los demás sueños para publicarlos como fiel testimonio de lo bueno que es mi Dios conmigo, y, lo privilegiado que soy con él). ¡Amén!